El manejo de las emociones es una de las cuestiones más complejas del trading. Supone alcanzar una madurez, la cual se logra con trabajo, estudio y cultivo de una actitud realista ante la vida.
El trading requiere siempre sacar lo mejor
de sí mismos razón por la cual es muy exigente. El precio que se paga en costo
emocional y en dinero es alto.
Cuando operamos bien y tenemos buenos
resultados, la recompensa emocional nos genera alegría, tranquilidad, seguridad y confianza. Por
el contrario, si nos va mal, el costo es emocionalmente devastador: produce depresión, rabia, frustración, descontento con uno mismo, desesperación y una
sensación muy grande de impotencia.
Hay que tener en cuenta también que una buena racha de varios días seguidos, también encierra sus riesgos, no por sí misma claro está, sino por la manera como puede influir en nuestro psiquismo. Genera exceso de confianza
y seguridad, y esto lleva a que un trader inexperto se relaje, baje la guardia y descuide las reglas, que por exceso de confianza pierda rigor al poner una orden o salir de ella, con el consecuente cambio de resultados en contra y vuelva a aparecer el fracaso y las emociones negativas; lo anterior sin descontar el agravante de quedar atrapado en un comportamiento cíclico: ganar, generar exceso de confianza, bajar la guardia y perder, volver a empezar aplicando las reglas, ganar... La consecuencia es que esta especie de 'compulsión a la repetición' nos aleja de nuestras metas a mediano y largo plazo.
Para tener claridad de hacia dónde debe apuntar un trader eficiente hay que señalar dos criterios. El primero, que tiene una buena gestión del riesgo y, por ende, del manejo de las pérdidas, esto es, aceptar las pérdidas como parte del negocio sin exceder el capital de riesgo que estamos dispuestos a 'perder' según lo que previamente establecido en el Plan de trading. 'Aceptar las pérdidas' quiere decir no perder más de lo previsto bien sea en una operación o en una serie de operaciones perdedoras. Cuando esto último sucede puede ser resultado de una mala gestión del análisis técnico dadas las condiciones cambiantes del mercado o porque nos hemos quedado 'pegados' a un patrón mental ineficiente, del que no nos damos cuenta hasta tomar distancia, por lo cual debemos dejar de operar por un día o dos, o una semana o varias, hasta 'resetear' nuestra cabeza.
El segundo criterio que cumple un trader eficiente es que acumula capital de manera constante. No importa que sea poco o mucho con tal de que el capital aumente de manera permanente. Esto implica tener una perspectiva a mediano y largo plazo. Con esta mentalidad, las pérdidas de un día -siempre y cuando respetemos los límites del capital diario de riesgo- no pondrán en peligro nuestras metas ni la preciada estabilidad emocional. Como en cualquier negocio los riesgos son inherentes y un margen de pérdidas es inevitable. La clave es que las ganancias sean siempre superiores a las pérdidas. La diferencia con otros negocios es que en el trading es necesario establecer unos límites que preserven el capital invertido y acumulado puesto que en 'pocos segundos' se puede perder lo ganado en meses de trabajo. Esos límites no los establece el mercado; debe ser una decisión racional de cada trader. Vale resaltar que una decisión racional se opone a una decisión emocional, en cuyo caso nuestro capital está el 99% de la veces en grave riesgo.
No estamos hechos para el trading, así que dedicar tiempo a la psicología del trading nos enseñará a 'pensar como traders', y nos ayudará a gestionar de manera adecuada nuestras emociones, que son la clave del éxito en el trading.
El segundo criterio que cumple un trader eficiente es que acumula capital de manera constante. No importa que sea poco o mucho con tal de que el capital aumente de manera permanente. Esto implica tener una perspectiva a mediano y largo plazo. Con esta mentalidad, las pérdidas de un día -siempre y cuando respetemos los límites del capital diario de riesgo- no pondrán en peligro nuestras metas ni la preciada estabilidad emocional. Como en cualquier negocio los riesgos son inherentes y un margen de pérdidas es inevitable. La clave es que las ganancias sean siempre superiores a las pérdidas. La diferencia con otros negocios es que en el trading es necesario establecer unos límites que preserven el capital invertido y acumulado puesto que en 'pocos segundos' se puede perder lo ganado en meses de trabajo. Esos límites no los establece el mercado; debe ser una decisión racional de cada trader. Vale resaltar que una decisión racional se opone a una decisión emocional, en cuyo caso nuestro capital está el 99% de la veces en grave riesgo.
No estamos hechos para el trading, así que dedicar tiempo a la psicología del trading nos enseñará a 'pensar como traders', y nos ayudará a gestionar de manera adecuada nuestras emociones, que son la clave del éxito en el trading.